Manejar el conflicto

El conflicto es inevitable en cualquier relación. Desde la dinámica familiar hasta los lugares de trabajo, todas las personas experimentan algún grado de problemas en las relaciones.

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El conflicto es inevitable en cualquier relación. Desde la dinámica familiar hasta los lugares de trabajo, todas las personas experimentan algún grado de problemas en las relaciones. Evitar el conflicto, o solo fingir que no existe, solo empeorará la situación. De hecho, la forma en que manejamos el conflicto determina, en gran medida, el efecto que tiene en nuestra vida.

Cuando prestamos atención al conflicto, nos beneficiamos. Tal vez, indica una necesidad de mejorar la comunicación o cambiar la forma en que estamos haciendo algo. El conflicto también es una oportunidad de aprender más sobre otras personas y sobre nosotros mismos; hasta podemos usarlo para crecer como persona u organización.

Ideas para manejar el conflicto

Los siguientes consejos para manejar el conflicto le mostrarán cómo convertir una experiencia potencialmente negativa en una oportunidad de cambio positivo:

Actitud general

    • Mantenga la calma: Podría no estar involucrado(a) en un conflicto en particular, pero la forma de reaccionar ante él puede tener efectos positivos o negativos. Si mantiene una postura neutral, su calma en verdad puede ayudar a las personas a encontrar una solución. De lo contrario, una reacción de enojo o frustración podría agregar más “leña al fuego” y hacer que el conflicto se agrave. ¿Cómo mantener una postura neutral?

      • Evite las palabras que funcionan como disparadores: Deje de lado las palabras que exageran, como “siempre” y “nunca”. Intente mantener la objetividad y abstenerse de usar palabras con carga emocional y lenguaje no verbal agresivo, como cruzar los brazos, poner los ojos en blanco o señalar con el dedo.

      • Use lenguaje que suavice: Hable en primera persona (“yo”) en lugar de en segunda (“tú”). Esta forma de expresarse se centra en el conflicto específico y en cómo está reaccionando ante él. Por ejemplo, “Me sentí nervioso cuando no devolviste mi llamada porque tenemos que entregar el proyecto mañana. Prefiero que me informes cómo estamos avanzando, para saber en qué punto estamos”.

  • Sepa que puede haber desacuerdos: A menudo, las personas pueden ver el mismo hecho, pero tener puntos de vista completamente diferentes sobre lo que sucedió. No es necesario que esté de acuerdo sobre la naturaleza o el origen de un problema. Es suficiente que las dos personas reconozcan que la situación seguirá ocasionando problemas, a menos que se tome alguna medida.

Escuchar

  • Separe los sentimientos de los hechos: Si realmente está escuchando a una persona, puede separar sus sentimientos sobre la persona de los hechos que representan el problema real. Evite etiquetar mentalmente a la persona con rasgos negativos. En cambio, concéntrese en esta situación como un hecho específico que puede ayudar a resolver.

  • Escuche activamente: Escuche las palabras y los mensajes que transmite la otra persona. Intente entender los pensamientos, los sentimientos y los puntos de vista que están detrás de sus palabras. Si usted se abre a escuchar en forma activa o empática, puede ver la situación a través de los ojos de la otra persona. Repita lo que está escuchando para confirmar si comprendió correctamente.

Hablar

    • Haga preguntas: Cuando las emociones se intensifican, puede ser difícil señalar cuál es el problema exacto. Hacer buenas preguntas puede ayudar a determinar la naturaleza del problema. Por ejemplo:

      • ¿Qué ocasionó el conflicto?
      • ¿Qué quería usted o la otra persona que sucediera?
      • ¿Qué tiene miedo de que suceda? ¿Qué tiene miedo de perder?
      • ¿Sus emociones son apropiadas para la situación? ¿Son demasiado extremas?
      • ¿De qué manera se están dedicando las dos personas a encontrar una solución?

  • Hable sobre valores: Incluso si no está de acuerdo con el punto de vista de la otra persona, igualmente puede entender la motivación subyacente. Es probable que compartan valores en común, como respetar a otras personas o hacer el mejor trabajo posible. Encontrar un punto en común hace que las diferencias sean menos intimidantes.

Proponer soluciones

  • Piense con originalidad: Si discute o se topa con la misma pared constantemente, sus métodos habituales de resolución de conflictos no están funcionando. Sea creativo(a) y esté abierto(a) a nuevas estrategias para resolver problemas.

  • Esté orientado(a) hacia el futuro: Evite traer a colación problemas pasados y quedarse atascado(a) en el problema actual. Cuando pasamos tiempo intentando echarle la culpa a otra persona, nunca avanzamos. En lugar de ello, si las dos partes trabajan para alcanzar una solución, la culpa se vuelve menos importante. La meta es que el mismo problema no se repita ni ocasione las mismas consecuencias en el futuro.

  • Sea claro(a): Muchas veces, aceptamos una solución, pero tenemos ideas poco específicas de lo que implica. Cuando dos personas se retiran con dos imágenes muy diferentes de la misma solución, esto da lugar a otro conflicto. En lugar de ello, asegúrese de crear una solución clara que tenga pasos mensurables y específicos para alcanzar el resultado. Las personas deben entender su papel para asegurar que todos estén orientados a los mismos objetivos.

  • Sin personas innecesarias: Como regla general, evite incluir a otras personas en el conflicto. Desahogarse hablando sobre la persona involucrada podría generar alivio en el momento, pero solo servirá para complicar más el problema. Los rumores pueden correr fácilmente, y los chismes solo ayudan a agravar el problema.

El conflicto puede ser una situación difícil en cualquier relación, pero evitarlo o reaccionar en forma agresiva nunca es útil. Sin embargo, con las herramientas correctas, una visión serena y la mente abierta, es posible encontrar una solución y mantener la relación.


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