Hijos y divorcio

Este artículo destaca cómo comunicarse con los hijos respecto del divorcio, síntomas y conductas a los que se debe prestar atención, y cómo brindarles apoyo.

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Este artículo destaca cómo comunicarse con los hijos respecto del divorcio, síntomas y conductas a los que se debe prestar atención, y cómo brindarles apoyo.

Actualmente, alrededor de uno de cada dos matrimonios terminan en divorcio. La mayoría de estos divorcios se producen en matrimonios con hijos menores de 18 años. Dado que los padres pueden representar seguridad para un niño, los hijos pueden asustarse y confundirse si ven a su(s) padre(s) sufriendo o distraído(s). Por lo tanto, muchos padres se preocupan por la forma en que el divorcio afectará a sus hijos.

Hable con los niños

Comunicarse en forma clara con sus hijos es fundamental durante la transición de un divorcio. De lo contrario, los niños, a menudo, malinterpretan la situación y asumen la culpa, ya que piensan que son culpables del divorcio. Si es posible, intente hacer que los dos padres estén presentes para hablar con los niños. Sin una conversación clara y en buenos términos, los niños, con frecuencia, asumen la responsabilidad de intentar que los padres vuelvan a estar juntos. Los siguientes puntos claves ayudarán a orientar su conversación:

  • Dígales a sus hijos lo que sucede.
  • Explique de qué forma esta situación los afectará o no.
  • Pregúnteles a sus hijos qué dudas o inquietudes tienen.
  • Hable con sus hijos de cuál será el resultado final.

Reacciones de los niños

Durante este momento de transición, es probable que hagan falta más conversaciones y apoyo adicional. Los niños pueden experimentar reacciones físicas, emocionales, mentales o conductuales frente al divorcio, como por ejemplo:

  • Los niños más pequeños pueden retroceder a conductas de la niñez que superaron mucho tiempo atrás. Es común que quieran un chupón, mojen la cama y experimenten ansiedad por separación.

  • Los niños mayores pueden experimentar sentimientos de culpa, enojo y, posiblemente, alivio. Pueden sufrir depresión o ansiedad, así como apartarse de familiares y amigos. Es posible que estas emociones les hagan expresar su enojo a través de la agresión.

Síntomas y conductas a los que se debe prestar atención

Es posible que empiece a observar algunos síntomas o conductas más graves. No sienta que está solo(a). Existe una amplia gama de servicios de apoyo disponibles a través de la escuela de los niños, organizaciones comunitarias y profesionales médicos y de salud mental. Supervise a sus hijos para medir cómo están manejando la situación y no dude en buscar información sobre los recursos que hay en su comunidad.

Si su hijo muestra signos de agresión en el hogar o en la escuela, esto es un indicador de su lucha interna. Los niños pueden apartarse de sus actividades sociales y dejar de colaborar con tareas. Podrían tener problemas de conducta o académicos en la escuela. Los síntomas emocionales específicos podrían incluir baja autoestima, malhumor, miedos irracionales y conductas repetitivas, y un deseo mínimo de comunicarse con uno de los padres o con los dos.

El paso siguiente

A menudo, muchos padres que se divorcian empiezan con una “crianza paralela”. En este caso, el contacto y la comunicación entre los excónyuges, con frecuencia, es bastante limitado. Si bien es posible que los padres estén encaminados hacia los mismos objetivos de crianza para sus hijos, su relación puede tornarse bastante difícil. Con el tiempo, es común que los padres pasen a una “crianza de colaboración”. Esto sucede cuando los excónyuges pueden comunicarse mejor, y colaboran para programar eventos y tomar decisiones sobre los hijos.

Estrategias para la familia

No hay dudas de que su familia experimentará cambios. Para minimizar los posibles efectos negativos del divorcio, considere los siguientes consejos útiles para usted, los niños y los hogares dobles:

Para usted:

  • Reconocimiento: Es perfectamente aceptable hacer saber a sus hijos que la situación que está atravesando su familia es triste. Cuando expresa esto, les da permiso a sus hijos para experimentar sus emociones sin sentir culpa ni confusión.

  • Respaldo: Busque apoyo en personas que no sean sus hijos durante este momento con tanta carga emocional. Sus hijos no tienen la responsabilidad ni la capacidad de mantener su salud emocional.

  • Respeto: Recuerde que su excónyuge sigue siendo la madre o el padre de sus hijos. Evite quejarse de las fallas o los errores de su excónyuge delante de ellos. Del mismo modo, las discusiones que tengan deben mantenerse en privado.

  • Sea directo(a): Sus hijos no son mensajeros ni espías entre usted y su ex. Sea directo(a) cuando necesite información y diríjase directamente a su excónyuge. Es injusto e incómodo usar a los niños como intermediarios.

  • Sea confiable: Cumpla los planes que haga con sus hijos. No los cancele, a menos que sea absolutamente necesario. Si se produce un evento imprevisto, discúlpese con sus hijos en forma sincera. La estabilidad y la confianza son necesidades fundamentales durante la transición del divorcio.

Para los niños:

  • Prepare: Mantenga a los niños lo más informados que pueda. Si los sorprende con decisiones y cambios de último momento, hay más probabilidades de que sufran ansiedad e inestabilidad, y de que las relaciones se tensen.

  • No complique: Los detalles complicados y confusos no son necesarios cuando habla con sus niños. Las conversaciones sobre su padre o madre deben ser breves, simples y fácticas. Evite comentar lo que piensa de la situación.

  • Dé permiso: Comunique a sus hijos que usted quiere que tengan una relación buena, saludable y afectuosa con su ex. A menos que exista una amenaza de peligro (es decir, abuso emocional, físico o sexual), dé “permiso” a sus hijos para que disfruten y desarrollen esa relación.

  • Libere: Afirme claramente que el divorcio es entre los padres, no entre padres e hijos. Reitere que no es culpa de ellos y libérelos de cualquier sentimiento de culpa.

  • Tranquilice: No se puede subestimar la importancia de su amor. Tranquilicen a sus hijos y díganles que siempre los amarán y serán sus padres. El divorcio no puede cambiar eso.

Para el hogar:

  • Administrar las finanzas: Las conversaciones sobre las finanzas del hogar, en relación con su ex, y la manutención infantil deben ser asuntos privados. Las cuestiones financieras no se deben discutir frente a los niños.

  • Tenga estructura: Si es posible, intente establecer reglas similares en los dos hogares. La estructura transmite estabilidad.

  • Establezca una rutina: Mantener una buena rutina en medio del cambio resulta útil. Sus hijos se sentirán más seguros si saben claramente qué esperar.

El divorcio es doloroso, pero existen recursos de ayuda. Esté dispuesto(a) a buscar grupos de apoyo o terapia familiar si siente que podrían ser beneficiosos para su familia. No es la primera vez que alguien navega en el mar picado del divorcio: deje que la experiencia de otras personas le ayude en este momento de transición.


Fuentes:
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